¿Estás preparado para recibir la comunicación de tu animal?

Cuando la cabeza manda por encima del corazón…

La mayoría de la gente que contacta conmigo para vivir la comunicación con su animal está preparada para ello. Sin embargo, hay un porcentaje pequeño de personas que lo hacen desde el lugar donde no toca, esto es, lo hacen desde la cabeza y no desde el corazón.

Este caso puede ayudarte a comprender qué es estar en la cabeza.

Hace tiempo una chica contactó conmigo para comunicar con su perro y cuando la recibió, literalmente dijo “ese no es mi perro y lo que me dices no es la realidad”.

Estaba tan enfadada que ni siquiera quiso que hablásemos para ampliar y clarificar la información que me había llegado de su perro. Tanta era su cólera, que nunca me pagó y además me mandó un email de muy baja vibración en donde me relató según ella, los puntos que no le cuadraban. Por supuesto jamás habló de todo lo que sí que le resonaba y sentía como cierto.

Puedo decirte que esta chica estaba completamente cerrada y actuaba desde la cabeza y desde el ego. ¿Cómo puedo saberlo? Ahí va un ejemplo.

Su perro me transmitió que él apreciaba el confort de dormir en una zona mullida, que yo expresé usando las palabras colchoneta o cojines mullidos. Cuando se lo dije, ella muy enojada lo desestimó como algo falso porque decía que su perro jamás se echaba en cojines ni en colchonetas, sino en una cama en toda regla de metro y medio.

A ti qué te parece que es lo importante aquí, ¿que el perro se sienta a gusto y agradecido por el espacio donde se tumba o que yo haya dicho cojines y colchonetas en lugar de cama? Para ella lo importante fueron las palabras, sus argumentos y su razón.

Otro ejemplo. Cuando el perro me envió lo maravillosamente bien que se siente en el campo, y lo que eso significa para él por la conexión con su Espíritu, cuando se lo transmití a su humana, ella completamente enojada me dijo ¡qué su perro hace años que no salía al campo y por tanto todo era una mentira! Como nunca quiso que hablásemos, no le pude explicar que al mostrármelo yo asumí equivocadamente que salían al campo, cuando en realidad al no salir sencillamente es que lo  él lo echaba terriblemente de menos y lo anhelaba. Pero nunca pude aclararlo.

Te cuento esto porque es interesante que sepas que durante el proceso de comunicación con los animales es mucha la cantidad de información que llega a través de diferentes modalidades (en forma de sensaciones, percepciones, imágenes, pensamientos, sonidos…) y puede ocurrir que la línea temporal no quede clara.

Es decir, en el ejemplo, el animal me muestra esa información no por la alegría de salir regularmente al campo sino que lo muestra por el anhelo y el deseo profundo que tiene de volver a hacerlo. Esto hablando se aclara con total naturalidad.

Por eso es tan importante compartir la información después de la comunicación con el humano, ya que es él quien tiene la clave para orientar el mensaje en un sentido u otro.

Ahora, para mejorar el bienestar de tu animal, cómo crees que lo logras más, ¿diciendo que yo me he equivocado o abriéndote a lo que llega como un mensaje profundo y real? ¿Cómo puedes conocer realmente más a tu animal y respetarle más?  Ante esta situación con tristeza tengo que decir que para algunos predomina más su lógica, sus argumentos, lo que creen saber y el querer tener razón.

Por eso en términos generales a la hora de recibir una comunicación…

Hay dos tipos de personas: las gobernadas por la cabeza y las del corazón

Las personas de la cabeza son aquellas que van a buscar el fallo, que van a tratar de pillarte, que se fijan a lo largo de toda la comunicación en el detalle de información que no les encaja, que no pueden verificar o que se sale de lo que ellas creen. Estas personas, inevitable y tristemente, desdeñan la grandeza de la evidencia y del significado profundo de lo que se les entrega.

Las personas que se posicionan en el corazón, están abiertas a la nueva información y reciben lo que no saben, son las que matizan y aclaran el contenido desde su sentir.  Son las que comprenden que lo importante no es la palabra sino lo que se esconde detrás de ella.

La comunicación animal requiere de apertura, de conciencia, de amor por lo que llega y de alegría por recibir verdad. Sin embargo hay que saber verla, saber sentirla y saber abrazarla.

Si lo que quieres es imponer, argumentar y tener razón, tu ego y tu mente te impedirán abrirte a la belleza del corazón animal, a la simplicidad, a la inocencia y a la naturalidad de sus mensajes, que van mucho mas allá de las palabras…

Entonces te pregunto dónde estás tú ¿en tu corazón o en tu cabeza?

Me encantará leer en los comentarios qué situaciones has vivido en donde quisiste escuchar a tú corazón. Seguro que a otros puede servirles tu experiencia.

Con todo mi cariño,

Marta

Marta